Planos, replanteo y mediciones

Un proyecto de construcción se compone de varios apartados; la memoria técnica, el estado de mediciones y presupuestos y los planos. Voy a haceros una pequeña y humilde introducción en el tema de los planos porque es donde podemos interactuar abiertamente, esto es ir controlando sobre la marcha que lo que está dibujado se adapta fielmente a lo que en realidad se está realizando.

Hay varios tipos de planos y a cual más importante. Tenemos el plano de situación de la vivienda, los planos de fachadas, cubierta o tejado, planos de estructuras y forjados, planos de plantas, de distribución, planos de instalaciones y planos de cotas y medidas. Además podemos tener tantos planos de detalle como estime oportuno el arquitecto. 

Cuando un constructor construye una casa es su deber analizar el conjunto e ir revisando todos y cada uno a medida que las obras se van ejecutando. Pensad que es frecuente encontrar incoherencias que se deben solventar; medidas que no corresponden, planos que no concuerdan, errores de diseño, y un largo etcétera. 

Para un autoconstrutor es indispensable cierta destreza y habilidad para interpretar básicamente un plano. Si no tenemos una mínima habilidad de interpretación, es mejor no acometer la obra por cuenta únicamente nuestra.

Es indispensable conocer la simbología básica, pero lo más importante es saber interpretar el espacio contenido en el plano y saber trasladarlo a la realidad. Esto quiere decir que debemos tener cierta soltura con las medidas básicas, las escalas y las proporciones.

Depende de la escala  en la cual esté realizado el plano, nos dará una medida u otra en la realidad.

Normalmente, en la construcción se trabaja a escala 1:50 y 1:100, esto es que cada cm en el plano representa 100cm en la realidad, o sea un metro. En una escala 1:50, cada cm representado en el plano adquiere una dimensión de 50 cm en la realidad.

En cuanto al replanteo, pensad que es una  parte muy delicada, pues un error de replanteo puede hacer que todo el conjunto del proyecto se venga abajo. Conviene asegurarse muy bien y repasar lo replanteado las veces que sea necesario hasta estar seguro que lo que hemos replanteado está bien.

Solamente las personas con mucha práctica replantean rápido y eficaz y a veces también cometen errores.

Repasad escuadras, alineaciones con la calle o línea maestra. En terrenos con muchas diferencias de nivel, tenéis que ir tomando cotas y plomos.

Cuando estéis seguros que la línea maestra está bien, marcad una escuadra maestra. Con estas dos líneas ya podéis trabajar el resto. 

A medida que tenéis puntos replanteados, tenéis que poner cuerdas entre dichos puntos y marcar por encima de la cuerda con yeso en el sistema tradicional, aunque hoy día también se utilizan los espráis de colores.

Las cuerdas, una vez puestas, no deben estar a mucha altura del suelo, simplemente lo suficiente para que la cuerda no toque ninguna cosa, lo cual podría falsear el dato o línea. 

Para marcar los cimientos se pueden utilizar dos cuerdas separadas una distancia tal que sea la anchura del cimiento, aunque muchas veces se marca solamente una línea y el maquinista introduce el cazo con la medida del cimiento justo en el medio de la zanja.

En el caso de replantear  muros, paredes o tabiques encima del forjado, se recurre al azulete, que es un polco de color añil el cual se queda marcado en el hormigón.

Puede haber multitud de paredes, recovecos y demás pero lo mas importante es marcar bien la partida, la línea maestra con su escuadra. El resto es realmente fácil. Podemos tardar 5 minutos más pero hay que asegurarse y no tener prisa. Todo nuestro trabajo posterior dependerá del buen replanteo.

Cuando midáis, fijad bien en vuestra mente la medida correcta. Los milímetros también existen y son muy importantes.

Si hemos demolido paredes y hemos hecho escombros, limpiad muy bien toda la zona de trabajo, pues el trabajo se hará más sencillo.

Si no os veis capaces de hacer este trabajo, pedid ayuda.