miércoles, 2 de febrero de 2011

Cimientos, forjados sanitarios y ventilación



Los cimientos es la parte más fundamental de la casa, ya hemos hablado de ello e insisto por la importancia de saber, que además de aguantar la estructura de nuestra casa va a tener que hacerlo durante muchos años y en las mejores condiciones.

En la entrada de hoy os voy a comentar unas sencillas cosas que debéis saber y que normalmente muchos constructores obvian o minimizan hasta límites insostenibles.  Quiero hablar acerca de la ventilación y no me refiero al simple intercambio de aire que ocurre cuando abrimos puertas y ventanas.

Los forjados sanitarios son los encargados de, por un lado, aguantar el primer piso o losa de la casa y por otro lado y la más importante, la de mantener un aislamiento constante entre el terreno y la superficie horizontal de la casa.

Los forjados sanitarios contienen una cámara de aire que, si la construcción ha sido correcta, tienen unas entradas y salidas de aire por donde circula el mismo.

Por dichas aberturas entran y salen los chorros de aire procedentes del exterior que secan la condensación  humedad que pueda generarse debajo de nuestra casa.

La mala noticia es que las casa rurales antiguas raramente tienen un forjado sanitario y las de nueva construcción, en su mayoría, tienen aberturas insuficientes en cantidad o sección con lo cual se minimiza el resultado.

Tenéis que saber que es muy importante mantener seca vuestra casa por debajo para que os proporcione calor en invierno y frescor seco en verano.

La cámara sanitaria es una autentica barrera anti-vapor con intercambio de aire de forma natural.
De la misma forma que es vital mantener seca la parte estructural horizontal de vuestra vivienda, también lo es la parte que le corresponde a los cimientos o fundamentos de la casa. Tenéis que pensar que la humedad sube hacia arriba con una rapidez tremenda debida a la capilaridad. Esto es como si ponéis la punta de un trapo dentro de un cubo de agua. Enseguida notareis que la humedad sube por el trapo hacia arriba.

Imaginaros que tenéis los pies muy húmedos porque la humedad del terreno ha penetrado a través de vuestro calzado. La humedad sube imparable por las piernas con la sensación de frio por todo el cuerpo y parece que ni un buen jersey es suficiente para paliar la incipiente humedad y sensación de falta de confort que tenemos.

Esta pequeña alegoría no es ni más ni menos que la triste realidad de muchísimas casas que padecen de humedad. Es muy, muy difícil quitarla y lo hará solamente un constructor muy competente.

Ahora que ya sabemos un poco más, empezad una vez más comprobando que cimientos tenemos.

Las catas son agujeros hechos junto a los cimientos para comprobar que tenemos ahí debajo.
Si tenéis dudas en cuanto a posibles filtraciones de agua, haced una cata corrida y la rellenáis de grava gruesa para que el aire corra por toda la superficie de vuestros cimientos.

Si disponéis de forjado sanitario, comprobad las aberturas y si creéis o os dicen que son suficientes, haced más. Vuestra casa de alegrará. 

Si el aire circula libremente por debajo de vuestra casa, esta estará contenta, os protegerá del frio y del calor, os mantendrá la casa caliente en invierno y fresca en verano. Estará sana.

Si no disponéis de forjado sanitario, cosa muy normal en la construcción típicamente rural, hemos de trabajar de valiente en el tema pues todo lo demás va a depender de esto.

Hay varios sistemas para construir una cámara de aire que proteja nuestra casa, pero siempre va a resultar de un  recrecimiento, bien sea con grava gruesa, vigas y machihembrado o lonas anti-vapor.

La tierra donde se asienta nuestra casa no ofrece su cariño, pero a la vez que nos da bueno, también nos obliga a evitar lo malo.

Cuando tengamos este tema solventado ya podemos ponernos manos a la obra y “tirar para arriba” como se suele decir.

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