sábado, 29 de agosto de 2015

VIVIR EN UNA CASA SANA



¿POR QUÉ ES IMPORTANTE VIVIR EN UNA CASA SANA?


Porque una casa es el punto de partida de una nueva vida, de una nueva ilusión.  Una casa es inspiración, color, pintura, escultura y amor. La distribución nos guía cada día, al levantarnos, al acostarnos…


Porque en nuestro hogar está la esencia, la semilla de la familia, la satisfacción, la felicidad, el amanecer por las mañanas y el color de los árboles por entre las ventanas.


Porque un hogar no debe ser correr sino comprender, ir despacio, observando lo que la vida nos regala, como crecen nuestros hijos, como se levanta el sol, el aire fresco…


Porque una casa es soñar, paz, armonía. Una casa es trasladar nuestro sueño a la realidad…o al revés. Una casa no es una caja, sino una ventana al mundo. Una casa es estar dentro con la sensación de estar en el mismo Universo.


Porque el bienestar de tu familia…

…NO es una opción

Por eso



CUIDAMOS DE TI
 
Os protegemos, a ti y a tu familia,  en vuestro hogar y en el trabajo…



Porque podemos ayudar a que muchas personas consigan un espacio donde vivir y/o trabajar, seguro, sin riesgos y adaptado a sus necesidades. Ellos también se lo merecen.



Porque ofrecemos total  confianza para que el cliente se centre en disfrutar.



Porque nuestro hogar es nuestro espacio privado para regenerar todos y cada uno de nuestros tejidos.



Porque de otra manera podemos enfermar por no descansar bien, por recibir inhalaciones de productos tóxicos o por el ataque de alérgenos a los que podríamos ser sensibles y con los que podemos estar potencialmente expuestos.  Se trata de nuestro hogar y el lugar donde cargar pilas y disfrutar.



Porque debemos evitar que la ilusión de una reforma  se convierta en uno de los mayores quebraderos de cabeza de nuestra vida.



Para ello, es importante colaborar con profesionales que saben cómo enfrentar todas y cada una de las partes del proyecto, sea de compra, de venta o de construcción.  La clave es ser eficientes en todo el proceso. 



Nuestra razón de ser. Ayudar a las personas a solucionar sus problemas de espacio para vivir y/o trabajar.  












HOGAR SANO



HOGAR SIN TÓXICOS 1

Nuestro hogar, que llenamos de enseres y muebles atropelladamente, pintamos de colores que quizás muerden y ponemos ambientadores que nos intoxican. 

Los muebles de último diseño, formas extravagantes sin relación con el espacio, fabricados con fórmicas y materiales plásticos o madera prensada y atiborrados de formaldehido que segregan productos  tóxicos durante mucho tiempo.

Cada vez somos más conscientes del arsenal de productos químicos que cohabitan con nosotros, sin embargo, en la mayoría de los casos, no hacemos caso de las recomendaciones que, con boca pequeña y a menudo ilegible, figuran en las etiquetas de los envases.

Además, solemos pasar más del 70% de nuestra existencia en espacios cerrados, y del 30% restante, una buena parte es bajo los efectos de la contaminación. Está clara pues la necesidad de salir a espacios alejados de ciudades donde la renovación de aire saludable en nuestros pulmones esté garantizada.


Por otro lado, en nuestra propia casa estamos rodeados de productos químicos aparentemente inocuos y con un potencial de peligrosidad realmente alarmante. La acumulación de tóxicos y alérgenos como ambientadores, perfumes, productos de limpieza, jabón, fibras sintéticas, ácaros, moho producen, cuando menos inflamaciones, cefaleas, eccemas, rinitis… 
Los VOC son compuestos volátiles orgánicos, sustancias químicas basadas en el átomo de carbono que se evaporan con rapidez (volátiles) y que son en general irritantes. Hay VOC naturales y los hay sintéticos y se suelen encontrar en colas y disolventes, pinturas y resinas, epoxis, productos de limpieza, moquetas, material aislante, aerosoles, ambientadores, tejidos sintéticos…
La ventilación es la clave para empezar a mejorar nuestro hogar. En el aire se encuentran partículas de moho, epitelio, polen, residuos de combustión, bacterias, virus y pesticidas. Todo un mundo toxico…el de los pesticidas.
Medidas como mejorar el aislamiento, reducir la humedad, crear más ventilación natural, utilización de moquetas antialérgicas, reducción de materiales que utilicen formaldehido, utilización de pinturas con base ecológica y sin disolventes VOC.
Algunas sustancias tóxicas tienen efectos inmediatos. Otros productos tienen su peligrosidad  a largo plazo y si se producen sucesivas exposiciones.

Limpieza en casa



    1) Siempre que sea posible, compra productos libres de tóxicos. Tu salud y la de tu familia lo agradecerán. Tómate un minuto para leer cuidadosamente la etiqueta. Si hay alguna palabra que no entiendes, apúntatela y la miras en Google, quizás te sorprendas de la porquería que nos meten en los botes.

      2)  Selecciona tus productos que están fabricados con sustancias de origen vegetal (aceites de cítricos, semillas, de pino…) son biodegradables y menos tóxicos.


     3)  Elige pulverizadores manuales en vez de aerosoles, el gas que llevan es muy peligroso para la salud y el medio ambiente, además producen una niebla fina que se inhala fácilmente.

    4) Utilizar productos sin perfume. Generalmente, detrás de la esencia de rosas no se encuentra un ramillete de rosas machacadas sino compuestos químicos altamente peligrosos. Ojo con los inciensos.

     5)  Mantener la casa limpia. Empezar por quitaros los zapatos al entrar a casa, al principio puede ser un rollo, pero pronto se aprecian los beneficios y se convierte en un hábito para toda la familia. Los zapatos arrastran gran cantidad de productos tóxicos.

     6 ) Aspirar las alfombras muy a menudo. Si alguien de su familia tiene síntomas de alergia es mejor retirarlas. Los niños suelen jugar descalzos en las alfombras pensando que están más protegidos que en el frío suelo. Esto no es verdad.

    7) Para limpiar, utiliza vinagre, jabones a base de plantas, limón, bicarbonato…El bicarbonato funciona muy bien para limpiar fregaderos, bañeras, lavabos…Además de manos, dientes, etc. El aceite vegetal con zumo de limón le da un acabado especial a tus muebles.


     8)  Es mejor eliminar los problemas de olores en vez de encubrirlos con ambientadores. Utiliza, en todo caso, esencias naturales. Agua y vinagre para limpiar cristales y griferías.

      9)  Si vais a reformar la casa o a construir una nueva, utilizar materiales con un porcentaje muy bajo o nulo de formaldehido. Este VOC ha demostrado ser muy perjudicial para la salud de los seres vivos.


1  10) Elegir pinturas sin VOC. Pide la hoja de producto y asegúrate de lo que tú y tu familia vais a respirar en casa.



sábado, 22 de agosto de 2015

EL ENTORNO





EL ENTORNO DONDE VIVIMOS

Dando una vuelta por las calles de cualquier ciudad o pueblo, podemos observar como florecen las antenas de telefonía disimulando muy bien, en algunos casos, su potencia nefasta, como bombas silenciosas que ametrallan continuamente nuestro cerebro.

Como digo se mantienen camufladas, en algunos casos, y no por ello menos dañinas, aunque a los ojos de la mayoría no tengan apenas relevancia.

Al tomar mediciones con aparatos descubrimos tristemente que hay efectivamente un ruido ensordecedor que no pasa desapercibido para nuestra otra mente, esa que está siempre vigilante y que capta todo a nuestro alrededor.

Sigo caminando, mirando, oliendo…Ya no huele como antes, huele diferente, huele a pollo a l’ast, a kebab, a pis, a cloaca, a asfalto y a humedad. Menos mal que también hay lugares que huele a canela, a regaliz, a gofres de chocolate, a mar…a nuestro mar, cuya brisa se cuela hasta bien dentro de tierra, regalándonos ese olor a sal, que se mezcla con el olor a pino, a encima y a olivo, también a jazmín.




Que inteligente es nuestro cerebro, que enseguida se relaja con estos olores y se pone en guardia con los anteriores.

Y si hablamos por encima del bombardeo masivo de pesticidas, alérgenos, degradantes y compuestos volátiles que están detrás del origen de muchas patologías que sufrimos los seres humanos. ¿Cómo podemos hacernos los sordos, los ciegos y los mudos ante tanta barbarie?

El entorno es el primer factor que puede estar detrás de la degradación de la salud porque representa el primer eslabón que el ser humano ha de conquistar. Adaptarse al alud de tóxicos que merodean en el ambiente es la primera dura prueba a que sometemos nuestro organismo, y de fallar en ese intento, acontece la enfermedad a edad muy temprana.

Todas y cada una de nuestras células están continuamente bajo los efectos del entorno y ellas, esas diminutas formas de vida que se unen para formar el todo se ven atacadas de una forma ruin y devastadora.


En el entorno hay multitud de contaminantes acechando a la espera de algún signo de debilidad de nuestro sistema inmunitario.

En el entorno nos  presentamos  el mundo en el cual nos relacionamos, las personas que nos rodean, el aire que respiramos, la ciudad o el pueblo donde vivimos, las calles que transitamos, los coches, la ropa, el peinado, las imágenes que vemos, la música que escuchamos, los olores que percibimos e incluso las emociones que sentimos.
 
El entorno es como los haces de luz que nos envían el Sol o la Luna, fibras invisibles que lo envuelven todo y nos atrapan, dando forma a nuestra realidad.

La sociedad tal y como la conocemos, nos invita sin discusión a seguir un determinado rumbo marcándonos el paso a seguir y castigando cualquier intento de marchar con el pié cambiado, de salir de ese patrón social marcado y preestablecido por la cultura y la tradición, además de por los intereses económicos.

Las formas de edificios, esculturas, pinturas, muebles, espacios arquitectónicos y naturales producen efectos diferentes en cada uno de nosotros. Estos elementos adquieren un protagonismo extra en cuanto que moldean nuestros sentimientos y comportamientos hasta tal punto que decidimos que está bien o mal en base a esas emociones y sensaciones sin prestar atención a nuestro Yo más interior. Obligamos a nuestro Ser a callar, ocultándolo en las profundidades de nuestro interior y aflorando en su lugar al ego.

Desde el ego, nos hacemos un ideal de los valores más importantes en nuestra vida como son las posesiones, lo que hacemos, cómo nos relacionamos y qué conseguimos. Cuando no tenemos éxito en nuestros objetivos o cuando se desvanecen todas las cosas materiales que sustentan al ego, caemos en la  depresión. Es en estos momentos cuando nos replanteamos nuestra existencia intentando descubrir quiénes somos y dónde nos dirigimos. Como buenos  navegantes, debemos saber que para llegar a un determinado puerto, hemos de conocer dónde nos encontramos, para de esta manera, de esta manera trazar el rumbo adecuado.

Como se ha dicho, “la vida es un reflejo de las decisiones, hábitos, elecciones, creencias, emociones y comportamientos que han existido justo hasta el momento presente”. No hay más que observar a la gran mayoría de nosotros, sin juzgar a nadie, para darnos cuenta de la vacuidad de nuestras vidas, de la falta de esencia y del comportamiento repetitivo, monótono y antinatural del cual hacemos gala.

Para cambiar el entorno que nos rodea, primero hemos de cambiar nosotros y para cambiar nosotros hemos de hacer cosas diferentes. Para hacer cosas diferentes, hemos de alejarnos del entorno y para alejarnos del entorno hemos de acercarnos a nosotros mismos y a la naturaleza. Sólo así de esta manera conseguiremos estar en paz y vivir una vida feliz y plena.