La luz
Podéis pensar que tendría que empezar por otros temas mucho más importantes que la luz. La reconstrucción de una casa rural empieza lógicamente por analizar su estabilidad, su estructura y su tejado. Estos son los platos fuertes.
Pero de qué sirve cualquier esfuerzo si no hay luz. Los rayos de luz entran por las aberturas de las casas dando iluminación, calor, confort, vida. Si falta la luz, falta la vida y los espacios estarán muertos.
Hay una línea delgada entre la abertura justa y la abertura necesaria. La abertura justa es estándar, como si fuésemos a piñón fijo con las medidas de ancho por ancho.
La medida necesaria es aquella que nos va a proporcionar la vida, la luz, la armonía, el bienestar.
En la antigüedad las aberturas eran mucho más pequeñas por motivos de ahorro de energía y por motivos estructurales, ya que disponían de materiales que les permitían adoptar luces (ancho entre montantes) más estrechas.
Cuando se reconstruye una casa rural se piensa en mantener toda la esencia de la casa y modificar lo menos posible las fachadas. Esto requiere un estudio a fondo y un poco de coherencia para saber encontrar el equilibrio adecuado.
A partir de la luz que necesitéis para iluminar vuestra casa y a la vez vuestra vida, empezaremos a plantearnos el diseño de la estructura.
Esta estructura merece una entrada aparte que ya estoy escribiendo.
Pensad que la luz va a daros el bienestar en casa.
Orientación de aberturas: Este, Sureste, Suroeste y oeste en muy raras circunstancias. En este orden y no otro. Nunca aberturas al norte.
Vamos a dejar el viejo tópico de que la cocina, como es un espacio frio, la hemos de colocar al norte.
La cocina merece una entrada aparte, que la habrá.
El espacio de la cocina ha evolucionado y así como antes era un espacio obligado de trabajo, ahora es un espacio vital, lleno de vida familiar. Ha dejado de ser ese espacio reducido donde metemos los muebles básicos con un calzador para convertirse en un espacio de reunión. La cocina es un espacio donde las familias cocinan juntas, comen, conversan, toman un aperitivo o simplemente es un espacio donde los niños pueden hacer sus deberes sin estar desconectados de sus padres.
Yo tengo cuatro hijos y cuando eran pequeños todos han hecho los deberes en la cocina, donde sentían el calor y el apoyo de sus padres.
Pensad en la cocina como en un salón de reunión donde a demás de cocinar, se disfruta haciéndolo y se comparten muchas de las vivencias mas importantes de nuestra relación familiar.
Permitid que entre mucha luz a la cocina, pues hace mucha falta en ella. Nunca al Norte.
Al Norte no pongáis absolutamente nada, a no ser que sea indispensable. Por el Norte viene el viento y el frio.
Proteged esa orientación muy, muy bien.
Permitid que entre la luz a vuestras casas de una manera exagerada y con la orientación adecuada.
No os deslumbréis con un gran proyecto arquitectónico en el cual lo único que tiene de especial es una fachada muy bonita.
Permitid el paso de la luz y vuestra casa será un buen hogar.
1 comentario:
Muchas gracias por estas entradas. Se nota pasión y sabiduria
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